viernes, 16 de abril de 2010

Los hombres-lobo de Castronegro

Puedo parecer más simple que el mecanismo de un chupete, pero para mí ha habido un antes y un después en lo que a las reuniones multitudinarias de amigos se refiere, y ese punto lo ha marcado el juego “Los hombres-lobo de Castronegro”. El nombre exacto de mi estado es obsesión, y es que gracias a este entretenimiento, mitad rol, mitad juego de cartas, puedo dar rienda suelta a dos de mis aficiones favoritas: la mentira y la manipulación. Eso sí, con un fin lúdico, que con maldad ninguna de las dos me gustan, ¿eh?

Su mecanismo inicial es sencillísimo. Parte con el inconveniente de que, como mínimo, tienen que jugar 8 personas, dato con el que se aclara por qué es ideal para estancias con colegas en casas rurales o macro-botellones en pisos. El narrador, director de todo el juego, reparte una carta a cada uno de los participantes. En principio te pueden tocar dos cosas: o lobo o aldeano, cuya finalidad es siembre acabar con el contrario. Pero dentro del grupo de los pueblerinos los puede haber de otros tipos, aunque los explicaré más adelante.

El narrador comienza la partida y dice algo así como: “La noche llega a la aldea y todo el mundo se va a dormir (todos los participantes cierran los ojos). Pero llegada la medianoche, se acercan los… ¡lobos! (Solo los participantes a los que les ha tocado una carta de lobo abren los ojos). Se ven, se reconocen y deciden quién va a morir esa jornada (los lobos indican, con un tenue gesto de cejas o de mano, quién quieren que muera, para lo que tiene que haber consenso). Los lobos ya se alejan y se hace de día en la aldea… (todos los participantes vuelven a abrir los ojos)”. Una vez acabado este turno, el narrador indicará a todos quien ha sido la víctima, que dejará de jugar en ese instante. Y llegados a este momento, y como suele ocurrir en estos casos, el resto de jugadores tendrán que elegir a quien linchan y matan para vengar la muerte de su compañero. Es entonces cuando empieza lo mejor: un interesante turno de debate para intentar, mediante la retórica y la manipulación, los unos localizar y matar a un lobo, y los otros atraer la atención sobre un inocente e intentar que la masa lo ajusticie en su lugar. Los turnos de día-noche se sucederán hasta que se eliminen todos los cánidos o, por el contrario, solo queden licántropos.

Sin embargo, no todo es tan sencillo como aparenta. Como he dicho unas líneas más arriba, hay algunos tipos especiales de cartas que complican la trama. Uno de los más sencillos es el Vidente, al que, una vez que los lobos han cerrado los ojos, el narrador convoca, y que pregunta a este por la condición de uno de los presentes –si es lobo o si es aldeano–. El narrador le responderá con un gesto para que el resto de participantes no se entere. También está la Bruja, a la que después de invocar al vidente llamará el narrador, y que le indicará quién va a ser la víctima, por si quiere hacer uso de su poción de vida o de muerte… A medida que se avanza en el juego se pueden introducir otros muchos personajes: el cazador, la panadera, el alcalde…, cada uno con sus propias características.

En definitiva, se trata de un juego apasionante, que incluso se puede jugar con la baraja española, aunque me gustan especialmente las oníricas ilustraciones que adornan la versión original, en el que llegas a descubrir que tipo de mecanismos se mueven en las cabezas de los, hasta entonces (ja, ja), tus amigos. Desde luego lo considero muy recomendable… ¡ Y no veo la hora de echar otra macro-partida!

martes, 13 de abril de 2010

El circo de diván de Les 7 Doigts de la Main

NOTA: Si tenéis la intención de ir a disfrutar de este montaje, no veáis el vídeo.



Payasos con narices coloradas, domadores con bigotes enroscados, trapecistas con tutú... Si esta es la idea que aún tienes del circo, tienes que ir urgentemente a ver el espectáculo "Psy", de la prestigiosa compañía canadiense Les 7 Doigts de la Main (Los 7 dedos de la mano). Tuve la gran suerte, porque la verdad es que respondió a un cúmulo de casualidades, de poder asistir hace unos días en el Teatro Circo Price al estreno europeo de este montaje, y la verdad es que me quedé gratamente sorprendida. Hace ya años que presencié también un montaje del Cirque du Soleil, y si bien estos no poseen la espectacularidad y los brillos de sus archiconocidos compatriotas, poseen eso que tantas veces se hecha en falta que es la originalidad unida a la sencillez, algo que los hace aún más sorprendentes. Y es que "Psy" gira en torno a algo en principio tan alejado de las carpas como son los trastornos mentales. Sus jóvenes intérpretes, todo unos "renacentistas de la pista", ya que lo mismo hacen acrobacias, que malabares, o danzas contemporáneas, hilan un montaje que gira en torno a los trastornos obsesivos compulsivos, la paranoia o la agorafobia, y todo ello sin caer en el morbo, sino dotándolo de una belleza plástica impresionante, además de ciertas dosis de humor y romanticismo. Muy recomendable, pero eso sí, poneros las pilas, porque solo estará en Madrid hasta el día 18 de este mes de abril.


viernes, 9 de abril de 2010

El ataque de los ocho bits

Impresionante lo de este vídeo que acabo de ver. Se llama “Pixels”, está hecho por un tal Patrick Jean, y por lo visto está siendo todo un fenómeno en la Red. Y con razón, porque es muy original y está muy bien ejecutado. Pero tranquilos, no os voy a contar de qué va para que os pille por sorpresa. Solo deciros que salen unos marcianitos al estilo de los de Invader, de los que os hablé hace unos días.

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martes, 6 de abril de 2010

Frente a frente: la última esquisitez de Bunbury

Os incluyo hoy el videoclip de una de las canciones que más me han fascinado últimamente. Es de Bunbury, un artista que me parece bastante irregular, como si fuera un "Guti" de los escenarios, porque tan pronto me encandila con temas como "Lady Blue" o "Alicia expulsada del país de las maravillas" como me rechina con su vena mexicana. Eso sí, le pese a quien le pese los Heroes del Silencio siempre irán conmigo. En fin, este es el primer sencillo de su nuevo disco, "Las consecuencias", y es una bonita versión de un tema de Jeanette (que aparece al final del corto), porque si algo tiene de bueno Enrique Ortiz de Landázuri, como pondrá en el buzón de su casa, es que no se le caen los anillos al declarar su admiración por artistas como la ya mencionada o el gran Raphael. Y el vídeo es una joya en sí mismo, está dirigido por Juan Antonio Bayona, responsable de "El orfanato", peli que aún no he tenido oportunidad de ver pero que está de las primeras en mi lista para los sábados por la noche. Sinceramente espero que os guste tanto como a mí.